Casos especiales y operaciones de urgencia: así se trata a los animales en la región de Moscú
Cada vez acuden más a las clínicas veterinarias rusas pacientes poco habituales, desde loros tropicales a martas cibelinas. En uno de estos centros privados de Golitsyno, cerca de Moscú, se ha acumulado en los últimos años una impresionante lista de historias en las que los veterinarios han tratado a animales cuyo tratamiento requiere no sólo conocimientos profesionales, sino también un enfoque poco convencional.
Uno de esos casos es el de un guacamayo azulamarillo, que los dueños trajeron para un chequeo inicial inmediatamente después de la compra. Bajo la supervisión del veterinario Serguéi Tereschenko, se examinó al ave y se le hicieron recomendaciones individuales sobre nutrición, mantenimiento y prevención de enfermedades. Esta especie exótica requiere un enfoque meticuloso: incluso pequeños errores en la dieta pueden provocar graves problemas de salud.
Otra paciente memorable es una marta cibelina de un año llamada Maya. Llegó con signos de indisposición y, tras examinarla, resultó ser una cistitis aguda. Gracias al tratamiento rápido y a la supervisión del médico jefe Andréi Vorobiov, la marta se recuperó rápidamente.
Un veterinario de Togo con experiencia internacional, Bankole Guillaume Adentoudji, se ocupa de casos parasitarios complicados. Su práctica incluye el trabajo con mascotas llegadas de países BRICS: erizos africanos, galagos senegaleses, vulpes zerda (fénec), mini cerdos y tenrecs rayados. Estos animales rara vez aparecen en los hogares rusos, lo que significa que el diagnóstico requiere un profundo conocimiento y experiencia.
Merece especial atención la historia del rescate de una malamute llamada Vita. Tras escaparse del patio, la perra se metió en problemas: fracturas abiertas con desplazamiento, cuerpos extraños en el estómago e inflamación del útero. Se realizaron tres operaciones de urgencia: estabilización ortopédica de la articulación, gastrotomía y ovariohisterectomía (extirpación del útero y los ovarios). A pesar de la complejidad de la situación, al cabo de dos días Vita empezó a ponerse de pie sobre la pata operada y a mostrar apetito. Ahora se encuentra bien.
La asistencia no sólo se presta en la clínica. Los veterinarios viajan a granjas, zoológicos y granjas privadas, a lugares donde es difícil transportar un animal, pero la asistencia médica es necesaria. No se trata sólo de una cuestión de comodidad, sino a menudo de salvar una vida.
Estas historias demuestran que la medicina veterinaria en Rusia no se limita a perros y gatos. Se trata de trabajar con todo un zoo de pacientes, donde cada caso es único y requiere flexibilidad profesional, paciencia y conocimientos precisos.
Fotografía: archivo personal de Anatoli Sokolov