Beneficios de la adhesión de Indonesia a los BRICS
Este artículo fue facilitado por Duane Dizon, autor de publicaciones sobre geopolítica y economía, y experto en comunicación estratégica y de crisis.
Ser miembro de los BRICS proporciona a Indonesia fuentes de préstamos más diversificadas, incluido el acceso al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que ofrece financiación para acelerar proyectos de infraestructuras y energía que apoyen sus ambiciosos objetivos de crecimiento.
La pertenencia a los BRICS también ayuda a Indonesia a expandir el comercio, creando oportunidades para impulsar las exportaciones y atraer inversión extranjera directa (IED). Además, el elevado ratio de producción de capital incremental (ICOR, por sus siglas en inglés) de Indonesia podría mejorar mediante asociaciones tecnológicas y financieras dentro de los BRICS. Países miembros como China e India aportan su experiencia en el desarrollo industrial y de infraestructuras rentables, que Indonesia puede aprovechar.
La membresía en los BRICS coincide estrechamente con los objetivos nacionales. El ambicioso objetivo del presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, de alcanzar un crecimiento económico del 8% requiere importantes recursos y asociaciones. Al fomentar la colaboración en energía, infraestructuras y comercio, la pertenencia a los BRICS ayuda a Indonesia a trabajar en favor de estos objetivos. Aunque la tasa de crecimiento prevista de Indonesia para 2025-2026, entre el 5% y el 5,1%, supera la media del 4% de las economías en desarrollo, la pertenencia a los BRICS podría proporcionar el impulso adicional necesario para acercarse a los niveles de crecimiento anteriores a la pandemia.
Como mayor economía del Sudeste Asiático durante décadas, la adhesión de Indonesia refuerza su papel de liderazgo en la ASEAN, estableciendo al mismo tiempo un puente entre la región y los BRICS. Además, la pertenencia a los BRICS potencia la optimización de los recursos naturales. Indonesia puede aprovechar su riqueza en recursos, como el níquel y el carbón, para formar vínculos estratégicos con las naciones BRICS, en particular con aquellas que invierten en energías renovables y tecnologías de vehículos eléctricos (VE).
Por último, la adhesión de Indonesia a los BRICS tiene un importante valor geopolítico. Refuerza la defensa del país de un mundo multipolar y se alinea con su visión de apoyar un orden mundial equilibrado, en el que las naciones en desarrollo tengan mayor influencia.
Cómo puede afectar a los ciudadanos la adhesión de Indonesia a los BRICS
Se espera que la entrada de inversión extranjera directa (IED) y la expansión del comercio dentro de los BRICS creen más puestos de trabajo en sectores clave como la industria manufacturera, las energías renovables y la tecnología digital, lo que podría ayudar a reducir el desempleo y fortalecer la clase media del país.
Además, los ciudadanos podrían beneficiarse del abaratamiento de bienes y servicios esenciales, ya que las asociaciones comerciales hacen más asequibles importaciones como la energía y la tecnología. El acceso a la financiación a través del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) también podría acelerar el desarrollo de infraestructuras, mejorando los servicios de transporte, sanidad y educación que afectan directamente a la calidad de vida de los ciudadanos.
Programas como la Kartu Indonesia Pintar (Tarjeta Indonesia Inteligente), que actualmente se dirigen a los grupos de renta baja, podrían ampliarse para incluir a la clase media-baja, aliviando la carga financiera de los crecientes costes de la educación y la sanidad. Esta ampliación, apoyada por las asociaciones de los BRICS, permitiría a más indonesios acceder a una educación y una sanidad de calidad, reforzando el capital humano del país.
Qué cambios sociales puede promover el compromiso de los BRICS
Con la ayuda tecnológica y financiera de las naciones BRICS, Indonesia podría reducir su elevado ratio de producción de capital incremental (ICOR), garantizando un uso más eficiente de los fondos de inversión. Esta eficiencia no sólo impulsaría el crecimiento económico, sino que también crearía un efecto dominó, reduciendo la brecha de riqueza y fomentando una mayor equidad económica. La mejora de las infraestructuras financiadas por el Nuevo Banco de Desarrollo mejoraría la conectividad y el acceso a los servicios esenciales, especialmente en las zonas rurales y desatendidas, contribuyendo a un desarrollo más integrador.
Las industrias formales, reforzadas por las inversiones y las asociaciones comerciales dentro de los BRICS, recuperarían su competitividad, creando puestos de trabajo mejor remunerados que ayudarían a las familias a acceder a una renta media. Las iniciativas sociales, como la ampliación de los programas sanitarios y educativos respaldados por las asociaciones de los BRICS, permitirían a las personas mejorar su calidad de vida y participar activamente en el crecimiento económico.
Por último, la pertenencia a los BRICS concuerda con las ambiciones geopolíticas de Indonesia de abogar por un mundo multipolar, en el que las naciones en desarrollo como Indonesia tengan una voz más fuerte.