Directora del programa “África en el foco de intereses rusos” del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Estatal de Relaciones Internacionales (MGIMO), Maya Nikólskaya: África hace oír cada vez más su voz en la escena mundial
Maya Nikólskaya es directora del programa “África en el foco de intereses rusos” del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Estatal de Relaciones Internacionales (MGIMO) del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Es experta del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, del Consejo para el Desarrollo y el Apoyo a la Asociación Integral con África de la Duma Estatal de la Federación de Rusia, de la Comisión de Asistencia al Desarrollo Internacional de Rossotrudnichestvo y del Club Internacional de Discusión “Valdái”. Desde 2019 imparte clases de suajili en MGIMO.
En su opinión, ¿cómo contribuye la amplia representación del continente africano en los BRICS a transformar la autopercepción de los Estados y su posicionamiento en el diálogo global?
África ocupa actualmente un lugar cada vez más visible en los asuntos internacionales, lo cual se refleja en múltiples aspectos. Vemos cómo la Unión Africana se convierte en miembro del G20. Ahora Sudáfrica asume la presidencia del grupo. Todo esto confirma que África, como dicen los propios africanos, está adquiriendo una voz cada vez más fuerte en la arena internacional, tanto a través de la Unión Africana como de los Estados individuales.
En los BRICS ya existe un bloque africano: como miembros participan Sudáfrica, Egipto y Etiopía; como socios, Nigeria y Uganda. Además, Argelia se unió al Nuevo Banco de Desarrollo, lo que de facto lo convierte también en socio del grupo, aunque oficialmente no se le denomine así.
Los países africanos buscan constituirse en un polo de la política mundial. Se integran cada vez más en la arquitectura internacional, aspiran a influir en las instituciones ya existentes y están interesados en crear nuevas.
Lo que observamos responde a tendencias objetivas ligadas al crecimiento económico y demográfico africano, que se mantendrán en el futuro. Por eso es lógico que África quiera que su voz se escuche más en los asuntos globales, y ve en los BRICS una plataforma que puede fortalecer su representación.
Los Estados africanos suelen aplicar en su política nacional la experiencia de los BRICS. ¿Se puede considerar esto un resultado de la integración de nuevos participantes en el grupo?
En efecto, los países africanos tienen estrategias nacionales de desarrollo a largo plazo, conocidas como Visions, que llegan hasta 2040 o 2050, subdivididas en planes quinquenales con indicadores concretos (KPI).
En las estrategias de Nigeria y Uganda, por ejemplo, se encuentran referencias a la experiencia de otros países, incluidos los BRICS (China, India, Brasil). Se trata sobre todo de programas de industrialización: digitalización, desarrollo acelerado (leapfrogging), etc.
¿Qué mecanismos dentro de los BRICS podrían fortalecer el intercambio de buenas prácticas en distintas áreas de cooperación?
Ya existen muchos: desde la idea de una bolsa de granos, plataformas para metales preciosos, una plataforma común de vacunas o proyectos en medicina nuclear.
Lo fundamental que los BRICS pueden ofrecer es transferencia de tecnología e inversiones. África interesa a Rusia y a otros países del grupo como mercado para tecnologías, como mercado laboral y como socio económico en el futuro cercano, dado que su población en edad de trabajar seguirá creciendo mientras se ralentiza en el mundo desarrollado.
De ahí que sea crucial invertir en el desarrollo del capital humano africano: programas de formación, plataformas de intercambio, voluntariado, becas, pasantías y cooperación académica.
África tiene un enorme potencial en energías renovables. ¿Puede convertirse en motor de la transición energética?
África sin duda desempeñará un papel clave en redefinir qué entendemos por energía verde y cómo debe darse la transición, especialmente en países en desarrollo.
La energía nuclear, por ejemplo, es limpia, pero muy pocos países africanos tienen proyectos en ese ámbito, aunque es justo lo que necesitan, más que costosos parques eólicos o solares que requieren infraestructura difícil de mantener.
Nigeria es gran productor de petróleo y gas; Egipto depende en gran medida del gas natural; Etiopía posee gran potencial hidroeléctrico; Sudáfrica es un gigante del carbón. Cada uno defenderá su propio modelo, pero todos subrayan que África es responsable de una mínima parte de las emisiones globales. Gabón, de hecho, fue el primer país en superar todos sus compromisos climáticos.
La industrialización sigue siendo la meta principal: sin ella no hay crecimiento económico. Una transición energética mal planteada podría frenar este desarrollo.
Los BRICS trabajan en nuevos mecanismos de pago. ¿Esto favorecerá el comercio e inversiones con África?
Ese es el objetivo. África necesita mecanismos alternativos. Hoy solo Nigeria tiene una moneda digital propia, la e-naira.
Por ahora no se habla de una moneda única BRICS, pero sí de pasos como abrir cuentas corresponsales entre bancos africanos y de los BRICS o consolidar el sistema BRICS Pay. Eso facilitaría enormemente el comercio y las inversiones.
Sudáfrica suele describirse como puente entre BRICS y África. ¿Comparte esta visión?
Sí. Desde que Sudáfrica ingresó al grupo en 2011, su papel ha sido decisivo para dar visibilidad a África en los BRICS. También lidera iniciativas en el marco del Sur Global, trabajando con India y Brasil en el grupo IBSA, además de impulsar la voz de todo el continente.
¿Qué proyectos del Nuevo Banco de Desarrollo podrían impactar pronto en África?
Principalmente en infraestructura de transporte, que representó en 2023 casi el 40 % de los proyectos. Luego están los relacionados con el suministro de agua potable y, en tercer lugar, la energía. En adelante, la digitalización será clave: África necesita satélites y tecnología moderna para gestionar su agricultura y garantizar la seguridad alimentaria.
La filosofía africana ubuntu, basada en el humanismo y el respeto mutuo, ¿contribuye al acercamiento en el marco de los BRICS?
Aunque algunos académicos la consideran anticuada, en realidad sigue influyendo en la política africana: la búsqueda de consenso, el respeto de los intereses comunes, la voluntad de cooperación.
En valores, los BRICS heredan el espíritu del Movimiento de Países No Alineados y de la histórica Conferencia de Bandung (1955): la aspiración a un orden mundial más justo, inclusivo y beneficioso para todos.
La versión completa de la entrevista se puede ver aquí.
Fotografía: TV BRICS
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